¿De la cuna a la cuna? ♻️
Una economía espiral, la recuperación de las algas de posidonia para la fabricación de materiales de construcción y un archivo valenciano de biomateriales
🐛1. En los ecosistemas no existe el residuo, todo se reutiliza en un ciclo cerrado continuo. La materia siempre se recupera y adquiere funciones renovadas. Este maravilloso trueque de nutrientes y energía que ocurre en la naturaleza es el mejor ejemplo de economía circular.
🐚 2. Ahora bien, ¿es posible imitar este ciclo en nuestra economía industrial?¿podemos transitar de una economía lineal basada en extraer, crear y tirar a una circular? Según el economista Joan Martínez Alier es imposible alcanzar esta circularidad, puesto que nuestra economía es entrópica. Andreu Escrivà subraya, en el capítulo Contra la economía circular de su último libro, que “la economía es inherentemente no circular, puesto que siempre necesitará insumos de algún tipo: energía, materiales, fuerza de trabajo. Siendo benevolentes con la definición, podemos llegar a acercarnos a una economía espiral, en la cual necesitaremos de un flujo constante de insumos, aunque seamos capaces de recircular algunos de ellos. Pero nunca llegaremos a cerrar el círculo.”
🌎 3. Aceptar que nuestra economía nunca será del todo circular es reconocer también que vivimos en un planeta con recursos finitos. Por eso, introducir prácticas circulares en los procesos de diseño y fabricación de materiales debería ser un imperativo, pero seguirá siendo insostenible dentro de un sistema productivo que promueve el consumo desaforado y el crecimiento infinito, por muy circular que este pretenda ser.
💭 4. Repensar nuestro sistema actual pasa también por replantear el proceso de diseño y fabricación de los productos, servicios e infraestructuras que nos rodean. Reducir la entrada de materias primas, recuperar una parte de lo que producimos y extender la vida útil de los productos son prácticas responsables que ya empiezan a ser alternativas reales a nuestro obsoleto sistema productivo. Aquí, tener una panorámica del proceso de diseño de un producto o servicio nos hace más conscientes de cuáles son sus impactos y cómo podemos reducirlos.
🔨 5. El reacondicionamiento, la reutilización o la reparación son tres buenas maneras de alargar la vida de tus aparatos eléctricos. Back Market es una plataforma online que ofrece productos tecnológicos reacondicionados y iFixit dispone de multitud de manuales para reparar cualquier cosa. Como bien defienden en su manifiesto “si no lo puedes reparar, no te pertenece”. En esa misma línea Fairphone fabrica móviles con un diseño modular que facilita el recambio de sus componentes para prolongar la vida de tu smartphone.
🏠 6. Aquí descubrimos, entre otros interesantes proyectos de recuperación de materiales, que las algas de posidonia se pueden aprovechar para aislar térmicamente las paredes de unas viviendas en Formentera, y que el poso del café puede servir para la creación de materiales de construcción. Y aquí la arquitecta Clare Kennedy nos cuenta que su práctica de diseño se basa en la reutilización de materiales encontrados en un radio de cinco millas, como por ejemplo restos de hormigón o postes eléctricos deteriorados. Wonderful Waste convertido en muebles y hogares.
🍊 7. Valencia Biomaterial es una archivo de materiales que promueve la transición hacia prácticas de arte y diseño conscientes. Este archivo tiene como finalidad inspirar la investigación en torno a materiales ecológicos en la Comunitat Valenciana. Residuos de cerámica, huesos de aceituna o cáscaras de naranja son algunos de los materiales que podrás encontrar en esta web. El equipo de diseñadoras de Sirope Lab también está generando una paleta de materiales que pone en valor el territorio local, como el biocuero de naranja. Te lo cuento en detalle en el último post de good things, good planet.